El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió ayer a arremeter con furia contra México, al afirmar que el gobierno de ese país debe detener la enorme caravana de inmigrantes que se aproxima a la frontera entre los dos países.

Por segundo día consecutivo, el mandatario estadounidense recurrió a la red Twitter para criticar a México y a la caravana denominada “Viacrucis Migrante 2018”, y también al propio Congreso estadounidense.

“Aunque suene ridículo, las leyes de nuestro país no nos permiten mandar fácilmente a los que cruzan nuestra frontera sur de vuelta al lugar del que proceden. Hace falta un procedimiento enorme. México y Canadá tienen duras leyes migratorias, pero las nuestras son un chiste de Obama. ACTÚA, CONGRESO”, tuiteó Trump.

El mandatario aseguró en otra serie de tuits que México “está haciendo una fortuna” con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

“Con todo el dinero que hacen a costa de EE.UU. yo espero que evitarán que esas personas ingresen a su propio territorio y al nuestro, por lo menos hasta que el Congreso cambie nuestras leyes migratorias”, estimó.



En este contexto, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto exigió ayer a EE.UU. respeto y seriedad en la renegociación del acuerdo comercial y la relación bilateral.

“Nosotros con toda seriedad nos hemos venido conduciendo en una mesa de acuerdo, de negociación y espero que siga, que se mantenga ese espíritu propositivo, de respeto mutuo, de cordialidad”, dijo Peña Nieto.

La irritación del presidente estadounidense sobre la inmigración se concentra en la caravana integrada por unos 1.500 migrantes centroamericanos, que salió el 26 de marzo de la ciudad mexicana de Tapachula, hacia la frontera con EE.UU.